Preparate para entrar en lo salvaje

Casco, cinturón de seguridad, paracaidas, rodilleras, coderas... usa lo que creas seguro

domingo, 24 de junio de 2012

Sobreviviendo

Intentando tejer esperanzas
entre las miserias que le dejan los días
pretendiendo hacer de las lágrimas
un vaso de agua viva

Llena de muebles viejos
con un corazón podrido
del frío en ese vacío
 
Como una mujer
que padeció años en los juzgados
con solo dos décadas
pero con los labios destrozados

Como un callejero canino
recogiendo de la basura
lo poco que parece vivo

En un arrabal desolado
con el aire empañado
los ojos le arden,
están por demás lubricados
 
Sus pies la aparentan ser libre y discreta,
su sonrisa diría que no tiene cobardía,
sus caderas jurarían que tienen caída,

Pero en los ojos solo le quedan
esos abrazos que la envenenan
esa figura que cada día
se convierte en cofradía.



















lunes, 11 de junio de 2012

C´est la... 

Al final
de eso se trata la vida
de sobrevivir
en medio de lo que no pudo ser
de caminar
aunque el paisaje se pudra
aunque los minutos nos exijan
es tiempo de llegar

se trata de correr
aunque te arden los pies,
de abrazar
aunque tengamos
los dedos astillados,
de prestar un pañuelo
aunque llovamos en el alma de duelo

Se trata de mirar más allá
que la gente
no es una simple hoja al pasar
cada par de pies
como un libro
un recopilado de capítulos
recorridos
una canción de risas y lluvias escondidas
una lámpara de refugio en la salida

y para mi una esperanza plena
de que no vago siempre en pena
de que lleva mi ritmo
y en tramos me toma los brazos
de que me enjuaga
y me limpia
el tizne de la vida
va curando mis heridas.





miércoles, 22 de febrero de 2012

Toda una vida

Hoy, por fin, me di cuenta
llevo toda una vida amando
con un amar que no pesa
sino un  sentimiento que libera

Un corazón para mi día a día
para abrir las pestañas sin cobardía
para deshacerme de las sábanas
que podrían volverse asesinas

Un latido para volver a correr
aunque duelan tanto los pies
para volver a volar
aunque tal vez no haya nada para encontrar

Un sentir para decir sin ignorar
para que la vida no sea un simple roce
sino un agitado vuelo
que se lleva todo mi pelo

Una esperanza para volver a creer
aunque los huracanes no me dejen ver
una ilusión realista
que me ayuda a seguir en la pista

Un rojo más fuerte que sobrevivir
algo definitivamente sobrenatural
que en mi nunca podría encontrar
porque siempre te lo pido
jamás me dejarías en el olvido.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Desde los Afectos

Después de un tiempecillo sin publicar lo menos que puedo hacer es autoregalarnos este poema de Benedetti, un escritor y poeta al que amdmiro. Decir mucho es poco.

¿Cómo hacerte saber que siempre hay tiempo?
Que uno sólo tiene que buscarlo y dárselo,
Que nadie establece normas salvo la vida,
Que la vida sin ciertas normas pierde forma,
Que la forma no se pierde con abrirnos,
Que abrirnos no es amar indiscriminadamente,
Que no está prohibido amar,
Que también se puede odiar,
Que el odio y el amor son afectos
Que la agresión porque sí hiere mucho,
Que las heridas se cierran,
Que las puertas no deben cerrarse,
Que la mayor puerta es el afecto,
Que los afectos nos definen,
Que definirse no es remar contra la corriente,
Que no cuanto más fuerte se hace el trazo más se dibuja,
Que buscar un equilibrio no implica ser tibio,
Que negar palabras implica abrir distancias,
Que encontrarse es muy hermoso,
Que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida,
Que la vida parte del sexo,
Que el "por qué" de los niños tiene un porque,
Que querer saber de alguien no es sólo curiosidad,
Que querer saber todo de todos es curiosidad malsana,

Que nunca está de más agradecer,
Que la autodeterminación no es hacer las cosas solo,
Que nadie quiere estar solo,
Que para no estar solo hay que dar,
Que para dar debimos recibir antes,
Que para que nos den hay que saber también cómo pedir,
Que saber pedir no es regalarse,
Que regalarse es, en definitiva, no quererse,
Que para que nos quieran debemos demostrar qué somos,
Que para que alguien "sea" hay que ayudarlo,
Que ayudar es poder alentar y apoyar,
Que adular no es ayudar,
Que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara,
Que las cosas cara a cara son honestas,
Que nadie es honesto porque no roba,
Que el que roba no es ladrón por placer,
Que cuando no hay placer en las cosas no se está viviendo,
Que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte,
Que se puede estar muerto en vida,
Que se siente con el cuerpo y la mente,
Que con los oídos se escucha,

Que cuesta ser sensible y no herirse,
Que herirse no es desangrarse,
Que para no ser heridos levantamos muros,
Que quien siembra muros no recoge nada,
Que casi todos somos albañiles de muros,
Que sería mejor construir puentes,
Que por sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve,
Que volver no implica retroceder,
Que retroceder también puede ser avanzar,
Que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol,
¿Cómo hacerte saber que nadie establece normas salvo la vida?

 Mario Benedetti

miércoles, 4 de enero de 2012

Guachita! Guachina, china…


Eh! ¡Vos! ¿Siempre vas a estar ahí? ¿Siempre preguntando? ¿Siempre escarbando en mis cuevas?
¡Que densa! Que pesada. No se que queres, no se por qué lo haces y  no se que buscas. Pero algo tengo claro. Me perturbas. Me inquietas y desequilibras. Pones mis emociones a la orden y mandas mi razón a la almohada. Y a vos, mi niña siempre amada, justamente a vos, rarita, rancia, razonada, sazonada, a vos te necesito. Porque, más allá de la desconfianza, del miedo, de la inseguridad, hay cuestiones que deben quedar claras por simple lógica. Por simple razón. Algo así como por sentido común. Aunque el sentido no es compartido ni es tan común.
No nombrarte te hace fuerte. Y como quiero no aniquilarte, pero si dominarte te denomino: infelicidad. Se de donde venís, pero no que tan fuerte podes llegar a ser.  Sos así infeliz. Por eso te llamo infelicidad. Porque no haces más que diseminar odio, rencor, histeria, celos, envidia, matanza y autodestrucción. Me alejas de todo y de todos. Construís a mi alrededor murallas suicidas.





¿Por qué tanto poder? ¿Quién te da de comer? ¿Quién es el dueño de esta miserable mascota?
Yo, y ellos. Ellos y yo. La Soc., sociedad anónima animada, animal y social y la Inc. interioridad reservada. ¿Ellos? Dicen olviden. Dicen que las cosas pasan, que la vida se va, que hay que aprovechar. Manejan humanidades como fichas, peones de un tablero de ajedrez, caramelos descartables. Niegan huellas, descartan e ignoran el sentimiento. Y te animan: ¡Vamos! ¡Suelten! Como a los globos de gas. Animan a pescar. Hay… Ay… hay otros… otras… cientos…
¿Yo? Libre, atada. Social e individualizada. Estoy conjugada. Cuando pienso emancipada, franca y espontánea: elijo, seguir, adelante, a lo siguiente, pero con cariño. Acompañar en la distancia. Aceptar, amar, aceptar, compartir, ayudar, caminar. No correr, no desesperar. La confianza salvará.
No tarda. Y llega. ¡Bestia! La resistencia. La cochina bolchevique de la siempre izquierda. ¿Si? ¡Ingenua! ¿Seguir, cariño, aceptación, amor? JJAJAJAJAJAJAJAJAAJ, se  ríe en mi cara. ¿De que planeta venís? ¿En que orbita estas volando? Nada, Nadie, nunca, ninguno con eso! Perdedora, sola, burlada, vencida y acobardada! Atrás, vencida, DERROTADA! Deja y muestra. Vende pantalla, construye imágenes. Expone una hermosa galería. Si, que vuelva, enredar y enroscar. GANAR! Perder o ganar.
Pero ¡NO! Mi yo verdadero es más fuerte. Te venzo, te estrujo, te domino, y no te elijo. Vas a estar, siempre ahí, acechando por si caigo, cuando baje mis defensas y mis brazos. No voy a dejar que me venzas ni mates a otros. Sobre mí. Como dicen: sobre mi cadáver.
 Y te elijo a Vos. En este quilombo. A vos. Tata protector. Pasión y clemencia. Todo roma, todo aroma, todo amora, todo amor. Como con las ventanas tapadas, los vidrios polaridazos, en medio de la ventisca, Te elijo, Te busco y Te quiero. Confío en Vos, y espero. Me decís: calma, serena. Y lloro, por tu tono, por tu ternura, por tu paciencia. Y lloro porque me desespero. Y lloro porque me tiento. Lloro porque me canso, Lloro porque no entiendo.  Porque me clava. Porque tengo ansias de protección, porque entendí que no soy tan kamikaze. Porque creo que me quiero. Porque creo que quiero quererme. Porque quiero cuidarme. Porque quiero que me quieras y me ames.

martes, 3 de enero de 2012

Las palabras, mi fianza.


Desde muy chica me enseñaron que había cosas buenas y malas. Entre esas cosas “malas” estaban las “MALAS PALABRAS”.
Las malas palabras eran peligrosas, sucias, no podían estar en boca de una niña, no podían ser de una señorita. Merecían un castigo, un lavado con agua y con jabón.
Yo me cuidaba, las sentía pero no las pronunciaba, no las decía.
Buscaba otras. Buscaba otras palabras más dulces, más lindas, otras, que me permitieran decir lo que sentía.
Con el tiempo, mi búsqueda fue cada vez más desorientada. Buscaba las palabras más lindas, más buenas, más hermosas para expresarme. Las encontré. Encontré las letras más bellas, con las mejores rimas, con los más hermosos sonidos.
Pero, me perdí. Comencé a divagar en esa belleza y a perder mi esencia interior. Era toda una señorita, era toda educación. Pero no era yo. Mi búsqueda por las bellas expresiones hizo que olvidara y dejara a un lado lo que sentía.

Un día algo hizo que me animara. Tuve fuerzas y crucé un límite. Dije, PELOTUDO. Grité MIERDA. Contesté NO ME GUSTA. Todos se sorprendieron, no lo podían creen. Algunos se extrañaron, otros se molestaron y unos pocos se alegraron.
Desde ese momento, desde ese día, empecé a buscarme. Desde aquel instante no dejo de explorarme.
Las palabras son mi arma. Las letras son mi refugio. Las expresiones son mi herramienta, la fuente de vida y el arma de mi corazón. Ya no son buenas, no son malas, nos son bellas, no son feas. Son pinzas que rompen cadenas, son barcas para mis emociones, son la flota en la que encuentran un lugar mis sentimientos. Son la fianza de mi alma presa.